La aparición de estructuras de redes apostólicas en respuesta a las nuevas complejidades intersectoriales o supraprovinciales de la misión de la Compañía va acompañada de la dificultad de integración con nuestras estructuras típicas y de la necesidad de repensar nuestras formas de gobierno y estilos de liderazgo tradicionales.
Pensemos en ello. La Federación Internacional de Fe y Alegría, las Redes Globales de Incidencia Ignaciana, la Red Africana de Jesuitas contra el SIDA, la Conferencia de Provinciales de América Latina, el Secretariado de Educación Secundaria de la Curia de Roma… todas estas estructuras tienen varios aspectos en común que las convierten en un desafío a la comprensión tradicional del liderazgo apostólico:
- Son estructuras orientadas a la misión que no funcionan dentro de la jerarquía clásica de la Compañía de Jesús. La autoridad de estas estructuras se basa en el liderazgo misionero más que en la obediencia jerárquica.
- Son unidades de misión tradicionalmente independientes -obras o provincias- construidas sobre relaciones horizontales que no suelen estar mediadas por la dependencia operativa sino por un horizonte basado en sinergias apostólicas.
- Cada red tiene un responsable -un coordinador, un secretario, un moderador, un delegado-, una persona que no ejerce una autoridad directa sino que facilita, conecta, cataliza, alinea, inspira… su liderazgo surge de su capacidad de influir y persuadir para la misión más que de su capacidad de imponer o coaccionar.
En cada caso, estas organizaciones buscan trabajar y colaborar más allá de las fronteras tradicionales entre instituciones, sectores y provincias para responder a problemas que están fuera del alcance de las organizaciones individuales, problemas que son adaptativos, donde la respuesta no es necesariamente técnica sino sistémica. Por eso no hablamos de meras estructuras de coordinación, sino de estructuras a través de las cuales la Sociedad busca emplear su misión.
Estas plataformas requieren un compromiso colectivo para cambiar nuestra forma de trabajar y no basta con coordinar lo que se ha hecho hasta ahora. Estas estructuras son la clave de las nuevas iniciativas apostólicas y de las nuevas definiciones de las iniciativas de misión, de ahí la urgencia de profundizar en el trabajo en red de los jesuitas como forma apostólica de proceder.