En el artículo anterior, “Una Visión sobre las Redes Jesuitas Universitarias”, dimos una mirada al contexto en el que se han desarrollado las redes universitarias jesuitas en las últimas décadas. También, nos preguntamos sobre la utilidad de dichas redes y las circunstancias en las que su creación es conveniente y presentamos algunas respuestas.
En este segundo post, revisaremos los principalesretos y riesgos de las redes universitarias jesuitas. Para ello, he resumido y agrupado dichos retos y riesgos en cinco grandes categorías.
TABLA 1
Definir objetivos y resultados claros y alcanzables: La ley de hierro de los contextos
Los contextos en los que las 189 universidades jesuitas funcionan en más de 50 países son altamente complejos y con marcadas diferencias entre sí. En función de sus capacidades y fortalezas, cada institución busca cumplir con su misión apostólica y con las ineludibles y complejas exigencias de calidad en la formación y la investigación en contextos cada vez más competitivos y cambiantes. Al mismo tiempo, para cumplir su misión, la universidad jesuita tiene que ser económicamente sostenible. El mantener un equilibrio entre estas tres dimensiones es la tarea principal de las autoridades universitarias.
Las redes existen para apoyar y servir a las universidades. De allí que el primer gran reto que tienen las redes es entender las diferencias que existen entre las universidades jesuitas, especialmente en sus capacidades, líneas estratégicas, organización y estructura de gobernanza, así como en las regulaciones y características de los respectivos mercados de educación superior.
Ante esta diversidad de las universidades jesuitas, las redes deben ser capaces de identificar proyectos e iniciativas comunes que sean viables y con objetivos claros y concretos que agreguen valor e involucren al mayor número de instituciones. El proyecto o iniciativa común es el nodo del trabajo en red. Los que colaboramos en la formulación de proyectos interuniversitarios internacionales, sabemos que esta es una labor compleja que requiere escucha, liderazgo y negociación.
Las redes pueden fallar en la definición de objetivos y resultados. Cuando esto sucede, la red pierde momentum, se paraliza y finalmente se dispersa. En el próximo artículo veremos algunos de los factores que ayudan a explicar el éxito o fracaso de las redes en esta tarea clave de definición de objetivos.
Disponibilidad de recursos y capacidades: La ley de hierro de los recursos limitados
El segundo reto que deben superar las redes universitarias jesuitas es el de ser capaces de funcionar y desarrollar proyectos e iniciativas con los recursos humanos y económicos disponibles. Esto es, el definir un modelo de financiamiento de la red que sea eficiente y sostenible. Aunque existen diferencias entre las universidades o entre regiones en los recursos y posibilidades de acceso a financiamiento, estos son generalmente limitados.
Alguno de ustedes pudiera no estar de acuerdo con esta afirmación y pensar que, siendo una organización mundial, la Compañía de Jesús y sus universidades deberían tener una capacidad financiera y de apalancamiento enorme. No es este el lugar para reflexionar sobre dicho tema. En el último post veremos las lecciones aprendidas en materia de modelos de financiamiento de las redes y la búsqueda de financiamiento.
Pero si podemos afirmar que las redes universitarias deben ser capaces de planificar proyectos con objetivos, metas y resultados alcanzables y sostenibles con los recursos y capacidades a su disposición. De poco sirve el definir un proyecto ambicioso, pero con metas sobredimensionadas. ¿Cuántos proyectos inter universitarios estupendos hemos visto que no se ejecutan y los miembros de la red agotados y decepcionados por lo que pudieran considerar es una falta de apoyo? Por lo tanto, el acoplamiento entre fines, medios y cronogramas de los proyectos o iniciativas es clave.
Voluntad política y liderazgo: La apuesta por el trabajo colaborativo en red
Las redes universitarias jesuitas están integradas por las instituciones, por los académicos y profesionales que desarrollan el trabajo colaborativo y por los equipos centrales de la presidencia y secretarías ejecutivas. De los tres actores se requiere apoyo, capacidad y liderazgo, especialmente al estilo ignaciano. Por razones de tiempo, en este artículo sólo me referiré al papel de las instituciones. En el apartado tercero de la tabla 1 podrán ver la importancia de las coordinaciones de las redes.
Para que la red funcione, se requiere la voluntad política de las universidades e instituciones miembros. En particular, es indispensable el apoyo de los rectores a la red y al trabajo colaborativo que está desarrolla. Esta voluntad política de las autoridades a favor de la red es particularmente importante en la fase de creación de las redes, en las que estas no han alcanzado la legitimidad que se deriva de la ejecución exitosa de iniciativas que aportan valor. Alguno de ustedes puede argumentar que las autoridades no pueden obligar a los académicos y funcionarios a participar en ninguna red, aunque esta sea jesuita. Esto es cierto. Sin embargo, también es verdad que ningún miembro de las universidades va a participar en una red jesuita si no ve el interés claro de las autoridades en dicho trabajo o, en el peor de los casos, si el mensaje es que la red o sus proyectos no son viables o no le interesa a la institución. El riesgo para la red es el tener un déficit de “stakeholders” estratégicos. El reto para la red, especialmente en sus inicios, es salir de la trampa del “huevo y la gallina”; no hay voluntad política y, por tanto, la disponibilidad de académicos y profesionales es escasa, lo que a su vez limita el desarrollo de proyectos y la legitimidad de la red. Tendremos que esperar al próximo post para ver algunas lecciones aprendidas.
Articulación, coordinación y gobernanza de las redes: El reto de fortalecer del cuerpo universal para una misma misión
Como mencionábamos en el artículo anterior,en las últimas dos décadas hemos presenciado un crecimiento sostenido en la creación de las redes universitarias jesuitas, así como un fortalecimiento y transformación de las existentes. Dicho proceso de creación y transformación aún no ha finalizado. En la tabla 2, presentamos un mapa de las seis redes regionales y las tres redes disciplinares y globales coordinadas bajo el paraguas de la IAJU (International Association of Jesuit Universities).
Tabla 2
Las redes universitarias Jesuitas
Fuente: diseño propio basado en documentos institucionales de las redes.
El reto para las redes y para el gobierno de la Compañía de Jesús, es definir claramente la articulación de las redes con las instituciones miembros, con la estructura de gobierno de la Compañía de Jesús y con otras redes Jesuitas locales e internacionales. En cada caso, es necesario definir a quién o a quiénes sirve y con quiénes colabora la red (por ejemplo, la provincia, la conferencia regional de provinciales, las universidades, la Secretaría de Educación Superior de la Compañía de Jesús). También, debe quedar claro quién dirige y como se eligen a los responsables de la red y ante cuál instancia debe rendir cuentas de la gestión.
Pero más allá de la estructura de gobernanza, está el reto de garantizar la coordinación y colaboración, incluido el tema del financiamiento, entre las redes universitarias y las provincias, las conferencias y otras redes apostólicas jesuitas. También es necesario impulsar la colaboración con otras organizaciones no jesuitas. Sabemos que esta articulación no es fácil y que requiere apertura y puesta en práctica de nuestro sentido de vernos como colaboradores por una misma misión. Es legítimo pensar que esta es una frase bonita. Por ello, para los escépticos les pregunto; ante la magnitud de la misión y la existencia de recursos limitados, ¿tiene algún sentido o utilidad el ser atrapados y cegados por las fronteras organizativas de las obras, provincias y redes? ¿es que acaso pensamos que, ante el bien mayor, a Nuestro Señor le importan las fronteras organizativas y los pequeños frutos de cada organización?
En el próximo y último post, algunas de las lecciones aprendidas y buenas prácticas para la creación y buen funcionamiento de las redes universitarias jesuitas.
A Venezuelan university professor and a person in love with higher education networking. Executive Secretary of AUSJAL from 2005 to 2019, and from September she will start collaborating in the development of the Kircher network of European and Near East Jesuit Higher Education Institutions.
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