Mientras se aceleran las campañas de vacunación contra la COVID-19 en los países más ricos del mundo, la Compañía de Jesús se une a las llamadas que solicitan esfuerzos concretos para garantizar un marco de asignación de vacunas equitativo y justo.
En la actualidad, el 87 % de las vacunas administradas ha ido a parar a los países de renta alta o media-alta, mientras que los países de renta baja solo han recibido el 0,2 % de las vacunas disponibles. Más de 3.200.000 personas han muerto a causa de COVID-19 en el mundo.
En la encíclica Fratelli Tutti, el Papa Francisco nos invita a darnos cuenta de que todos estamos en el mismo barco, pero hace hincapié en las desigualdades existentes exacerbadas por la pandemia COVID-19. Destaca cómo las naciones del mundo no han cooperado para garantizar una distribución justa de los recursos, especialmente entre nuestros hermanos y hermanas más desfavorecidos. Nos insta garantizar que todas las personas tengan igual acceso a la asistencia. El P. Arturo Sosa, Superior General de la Compañía de Jesús, afirma: «La COVID-19 nos está mostrando que somos una sola humanidad y cómo la superación de la crisis es posible cuando tomamos conciencia de la importancia de velar por el bien común y de tomar en serio nuestra propia responsabilidad individual. Solo podemos vivir como un solo cuerpo».
La superación de la crisis es posible cuando tomamos conciencia de la importancia de velar por el bien común. Solo podemos vivir como un solo cuerpo
Padre General
La Comisión COVID-19 del Vaticano, así como la Declaración de Líderes Religiosos del 27 de abril, han desaconsejado enérgicamente el nacionalismo de las vacunas, rechazando la explotación comercial inherente a las disputas sobre los derechos de patente y solicitando una solidaridad humana más profunda en la lucha contra el virus.
Las organizaciones de la Compañía de Jesús, comprometidas con la defensa de la dignidad de todas las personas, especialmente de las comunidades marginadas y vulnerables de todo el mundo, sumamos nuestra voz a la de muchas personas y grupos de la Iglesia y de la sociedad civil que abogan por la equidad y la justicia en la producción y distribución de vacunas.
La excesiva acumulación de vacunas por parte de los países ricos amenaza aún más la vida de las personas en todo el mundo, ya que contribuye a que se produzca el doble de muertes que si las vacunas se distribuyeran según un modelo equitativo y basado en la población. Países como el Reino Unido y Estados Unidos han comprado hasta tres vacunas por persona.
Para promover un mayor acceso a las vacunas, Sudáfrica e India han pedido a la Organización Mundial del Comercio (OMC) que renuncie temporalmente a ciertos derechos de patente de todos los productos médicos relacionados con la COVID-19 para garantizar que todos los países, independientemente de su riqueza, tengan acceso a tecnologías médicas que salven vidas. La propuesta ha recabado un importante apoyo de los países de ingresos bajos y medios y es un paso crucial para eliminar las barreras relacionadas con la propiedad intelectual, lo que permitiría la rápida expansión de la producción de vacunas, especialmente en los países que ya cuentan con empresas farmacéuticas a gran escala. De conformidad con las Preferencias Apostólicas Universales, que nos llaman a caminar con los excluidos en una misión de justicia y reconciliación, la Compañía de Jesús apoya plenamente esta propuesta.
Acogemos con satisfacción la decisión del Presidente Biden de apoyar la exención. También acogemos con satisfacción los comentarios de la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de que la Unión Europea está dispuesta a discutir la exención. Pero la gravedad de la situación en países como la India nos recuerda que hay que actuar con urgencia. Cualquier retraso se traducirá en más sufrimiento y muertes de personas, especialmente, de las más pobres y marginadas. La Compañía de Jesús apoya las siguientes acciones:
- Instar a los países que aún bloquean la propuesta de exención temporal de los derechos de patente a que la apoyen, para ampliar y acelerar la producción y distribución de tecnologías, medicamentos y vacunas que salvan vidas.
- Animar a todos los países a que den prioridad a las personas más vulnerables entre sus ciudadanos en la distribución de vacunas.
- Instar a los países ricos a suplir las carencias de financiación de la iniciativa COVAX y a compartir los excedentes de vacunas de sus propias reservas.
- Solicitar a las instituciones financieras internacionales y a los acreedores privados que cancelen las deudas de los países de ingresos bajos y medios para que puedan responder a la pandemia y recuperarse de ella.
La Compañía de Jesús se compromete a participar en actividades de incidencia política y social a nivel local, nacional e internacional con organizaciones afines para garantizar que todas las personas, independientemente de su lugar de residencia, tengan acceso a la vacuna de COVID-19. Nadie estará a salvo del virus hasta que todo el mundo esté a salvo, lo que subraya la necesidad de aumentar la justicia y la solidaridad a la hora de abordar este problema mundial.
Consulta aquí el comunicado oficial, distribuido por el Secretariado para la Justicia Social y la Ecología
1 Comentario
Me alegra ver que la compañia de jesus se moviliza por esta injustica global