Las Redes son un “modo de vivir” de la CPAL. Si bien en los últimos años se han desarrollado diversas redes en toda la Compañía de Jesús, puede decirse que América Latina ha sido la campeona en este movimiento. Durante la Asamblea Anual de la CPAL, celebrada en Ciudad de México con los Superiores Provinciales y Regionales de América Latina y el Caribe, la atención se centró en algunas de las redes especialmente activas. Entre ellas, COMPARTE, un nombre evocador que indica tanto la acción como el compartir.
Nos reunimos con el jesuita Oscar Rodríguez, coordinador de la red, para saber más. Una dimensión aparentemente fundamental de esta red es la propuesta de un desarrollo económico alternativo y solidario. Un objetivo óptimo… pero ¿puede realmente perseguirse en un mundo en el que la economía liberal no cede y sigue dominando?
Padre Oscar, ¿por qué el nombre “COMPARTE” a esta red vinculada al apostolado social de la CPAL? ¿Qué esconde? ¿Qué revela?
El nombre proviene de un deseo y proviene también de nuestro talante latinoamericano de encontrar gusto en el dar y el recibir. El nombre (Comparte) esconde el deseo y la utopía grande de lograr aquella sociedad distinta, justa, fraterna con la cual soñamos. Revela también, que es en el modo de colaborar juntos para lograr esta sociedad, donde encontramos la alegría y la consolación, en el hecho de compartir lo que somos, lo que tenemos y lo que podemos.
¿Quiénes son las personas que se benefician de esta red?
Son las familias de productores y productoras campesinos e indígenas, también periurbanos, que luchan por el mejoramiento de sus condiciones de vida. También los equipos de los centros sociales y los integrantes de la Red, ya que somos una comunidad de aprendizaje y acción.
La misión de COMPARTE se centra en la economía. ¿Desde qué punto de vista abordan ustedes las problemáticas económicas?
Se plantea desde la constatación sociológica de que los trabajadores urbanos y los campesinos pobres y sus familias generan riqueza en base a su trabajo, pero que ésta les es arrebatada por diversos mecanismos económicos que los dominan. Poseen formas de vida, de consumo, de organización que no están orientados, ni hacia la acumulación, ni exclusivamente al mercado; se basan en la reciprocidad.
¿Tienen ustedes un enfoque específicamente jesuita?
Hacemos nuestras las palabras que el papa Francisco dirigió a los jesuitas y sus colaboradores, reunidos en Roma en el 50º aniversario del Sector Social, donde les proponía: “abran futuro, susciten posibilidades, generen alternativas, ayuden a pensar y a actuar de un modo diverso, compartan el gozo de la esperanza” (Nov, 2019).
La economía mundial sigue dominada en gran medida por la visión liberal del desarrollo macroeconómico. ¿Cómo pueden los miembros de la red esperar que las cosas mejoren en este contexto?
Al generar procesos, que no son de corto plazo, ni son únicamente económicos; que consideran, de manera integral, las diversas esferas de la vida, como son el comer, el sanar, el habitar, el aprender, el amar, el trabajar. ¿Es esto realista? Al poner en el centro a la persona más que al capital, sí, es realista. También por abordarlos como procesos educativos, donde se aprovechan las actividades económicas para generar capacidades y arraigar valores solidarios.
¿Puede darnos ejemplos de acciones o proyectos de COMPARTE que hayan dado resultados?
Puedo citar un ejemplo típico. El Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), localizado en Perú, acompaña a la Asociación de Pequeños Productores de Cacao de Piura (APPROCAP) que cuenta con 152 socios y trabajan 240 hectáreas. Producen cacao de especialidad. Asesoran el mejoramiento del cultivo y la comercialización. Cuentan con asesoría especializada del Programa Together de ESADE (Universidad jesuita de Barcelona). Tienen relación con la empresa catalana Blanxart, de responsabilidad social, quien realiza compras del cacao. Esto ha generado seguridad de mercado para APPROCAP y les posibilita reinvertir en el programa de procesamiento del cacao y venta de producto terminado en su propio almacén.
Cómo está animada la red COMPARTE por las orientaciones actuales de la Compañía de Jesús?
El Año Ignaciano nos ha invitado a profundizar en la experiencia de conversión del herido de Pamplona. Así, nos ubicó de nuevo en la búsqueda constante de encontrar lo que el Señor quiere y pedir la gracia de ver el mundo a través de la mirada de Jesús.
Las Preferencias Apostólicas Universales han representado un gran estímulo y una confirmación de nuestra estrategia de colaboración y vinculación con otras obras, sectores, redes y provincias de la CPAL. Esta confirmación nos abrió un campo fértil de colaboración, pues nos invita a comprender en profundidad los procesos económicos, políticos y sociales, que generan tanta injusticia, y a contribuir a la generación de modelos alternativos.
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