Empezamos como JESAM, que significa "Conferencia Jesuita de Superiores Mayores de África y Madagascar". La primera reunión del JESAM tuvo lugar en Lusaka en 1970. En ese momento, los muchos jesuitas que trabajan en África sentían que se enfrentaban a problemas similares, y que todos podrían aprender de la forma en que estos problemas estaban siendo tratados en otras partes del continente. Originalmente, los jesuitas en África habían venido de diversas partes del mundo; todos inspirados en la espiritualidad ignaciana, pero hasta entonces las diferentes regiones habían tenido muy poco contacto entre sí.

Inicialmente, los miembros de la JESAM sólo se reunían una vez al año, y el rol de Secretario lo tomaba de forma permanente un jesuita asignado a esta tarea, además de sus otras asignaciones a tiempo completo. Las reuniones proporcionaron una plataforma para discutir problemas comunes, que habían encontrado varias provincias.

Una cuestión importante era la formación de jesuitas jóvenes: se pensaba que reunirles fortalecería su vocación común, y ayudarles a ser más conscientes de su dimensión universal. Esto fue, y sigue siendo, una de las principales preocupaciones de la JESAM.

Bajo sus auspicios, se han establecido tres casas comunes de formación, en Nairobi, Harare y Abiyán. Otros Institutos, establecidos en Kinshasa y Antananarivo, también han dado la bienvenida a personal o estudiantes de otras partes del continente.

La formación no era el único problema en el que se solicitó la colaboración: en los últimos años se han establecido no menos de diez comisiones, para unir fuerzas, por ejemplo, en la educación, el apostolado social, o el apostolado de la oración.

Las reuniones se organizan con regularidad, para intercambiar puntos de vista, para compartir sobre el trabajo realizado, para planificar actividades comunes, etc.

En julio de 2018, después de muchos años de ser referido como JESAM cambiamos a JCAM que significa "Conferencia Jesuita de África y Madagascar" (por sus siglas en inglés).

JCAM juega un papel representativo importante, para llevar los problemas de la Iglesia y la Sociedad en África a la atención de los jesuitas en otros lugares y, del mismo modo, para que las prioridades apostólicas universales de la Compañía sean conocidas en el continente. El provincialismo estrecho tiene que ser superado, y abrir perspectivas más amplias, mientras que al mismo tiempo, los jesuitas tienen que permanecer cerca de las personas con quienes trabajan, y ayudarles a superar los muchos problemas que enfrentan. Este doble esfuerzo tiene que ser apoyado por las instituciones apropiadas, que JCAM intenta establecer o apoyar.

JCAM sigue siendo un cuerpo pequeño, con poco poder de toma de decisiones y un pequeño grupo de personal permanente. Pero, al traer jesuitas de todo el continente en conjunto, tratamos de reforzar su compromiso y hacer su trabajo más eficaz.